Con la llegada del verano, nuestro cuerpo se expone a una serie de cambios: más horas de sol, aumento de la temperatura, mayor sudoración, alteraciones en las rutinas y escapadas a la montaña o la playa. Todos estos factores influyen de manera directa en nuestra salud digestiva, inmunitaria y en el equilibrio general del organismo.
Desde ABfisioterapia, junto a Marina, nutricionista especializada en PNI (Psiconeuroinmunología Clínica), queremos ofrecerte claves prácticas para cuidarte en verano a través de la alimentación y de hábitos que te ayudarán a mantener energía, prevenir desequilibrios y volver en septiembre con vitalidad.
Alimentación en verano: frescura, digestibilidad y equilibrio
En verano, lo que más necesitamos es mantener una buena hidratación, modular la inflamación y favorecer digestiones ligeras. La alimentación juega un papel clave en este proceso.
Alimentos recomendados:
• Frutas ricas en agua: sandía, melón, cerezas, fresas, piña. Además de hidratar, aportan antioxidantes (vitamina C, polifenoles, carotenoides) que protegen frente al daño oxidativo del sol.
• Verduras crudas o al vapor: pepino, calabacín, apio, espárragos, espinacas. Ricas en fibra, minerales y agua, ayudan a regular la temperatura corporal y aportan saciedad con pocas calorías.
• Pescados azules pequeños (sardina, caballa, boquerón): aportan omega-3 EPA y DHA, esenciales para modular procesos inflamatorios, cuidar la microbiota intestinal y mantener la flexibilidad de las membranas celulares.
• Grasas saludables: aceite de oliva virgen extra, aguacate, semillas de lino o chía, frutos secos crudos. Contribuyen a la salud cardiovascular y a la regulación hormonal.
• Hidratación de calidad: agua, infusiones frías de hierbas digestivas (menta, hinojo, manzanilla) y caldos vegetales ligeros para aportar minerales y favorecer el tránsito intestinal.
Consejo PNI: Comer menos cantidad y más frecuentemente puede facilitar la digestión en días de calor intenso, evitando la sobrecarga digestiva que aumenta la fatiga.
Cómo prevenir infecciones urinarias y desequilibrios comunes del verano
Con el calor y los cambios de hábitos, aumentan las probabilidades de sufrir infecciones de orina, alteraciones digestivas y sensación de cansancio.
Claves nutricionales para prevenir infecciones de orina:
• Hidratación suficiente: agua y caldos suaves. Evitar exceso de café o alcohol, que deshidratan.
• Controlar los azúcares y ultraprocesados: deterioran la microbiota intestinal y vaginal, debilitando el sistema inmune.
• Arándano rojo y D-mannosa: en mujeres con tendencia a infecciones, ayudan a dificultar la adhesión bacteriana en vías urinarias.
• Alimentos fermentados: kéfir, chucrut, kombucha natural o yogur sin azúcares para reforzar la microbiota intestinal y, de manera indirecta, la vaginal.
Otros hábitos útiles:
• No permanecer con el bañador mojado.
• Orinar después de las relaciones sexuales.
• Mantener un buen tránsito intestinal: el estreñimiento presiona la vejiga y facilita la proliferación bacteriana.
Actividad física y rutas en la naturaleza
El verano invita a moverse más: caminar, nadar, hacer rutas o practicar deportes al aire libre. La nutrición en movimiento es esencial para mantener energía sin sobrecargar el sistema digestivo.
• Snacks saludables para llevar: frutos secos, fruta fresca, huevo cocido, barritas caseras de avena y semillas, bastones de zanahoria o pepino con hummus.
• Comidas energéticas y ligeras: ensaladas de arroz integral, legumbres cocidas y frías (tipo ensalada de garbanzos), tortillas con verduras.
• Reponer electrolitos: añade una pizca de sal marina sin refinar al agua, o utiliza agua de coco natural.
• Evita refrescos azucarados: provocan picos de glucosa seguidos de fatiga y deshidratación.
Septiembre: vuelta a la rutina con energía (y sin culpa):
Es normal que en verano los hábitos se relajen, pero lo importante no es castigarse sino acompañar al cuerpo a retomar el equilibrio.
En septiembre podemos trabajar juntos en:
• Evaluar tu microbiota intestinal y reforzar tu digestión.
• Diseñar un plan nutricional personalizado, adaptado a tus objetivos.
• Prevenir el cansancio del cambio de estación revisando posibles déficits nutricionales (vitamina D, hierro, magnesio, omega-3).
Con la PNI clínica, el foco está en recuperar la regulación del organismo: digestiva, inmunitaria y hormonal.
Conclusión
El verano es una oportunidad para disfrutar, pero también para cuidar tu cuerpo desde la alimentación y la prevención. Apostar por comidas frescas, digestivas y antiinflamatorias no solo mejora tu bienestar inmediato, sino que prepara tu organismo para una vuelta a la rutina más equilibrada y sin efecto rebote.
En ABfisioterapia te animamos a escuchar a tu cuerpo, comer con conciencia y apoyarte en un enfoque integrativo cuando lo necesites. Estamos aquí para acompañarte en cada etapa.
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